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NOVATERRA

NOVATERRA

IMPACTO

Responder a los desafíos del mercado

DESCRIPCIÓN

Desde la Revolución Verde en las décadas de 1950 y 1960, la producción agrícola en Europa y el resto del mundo ha dependido en gran medida de los productos fitosanitarios. Con el crecimiento de la población, uno de los mayores desafíos consiste en asegurar la producción agrícola, manteniendo al mismo tiempo un entorno sostenible, en particular sin aumentar la superficie destinada a fines agrícolas.

Como el propio CEEV (Comité Europeo de Empresas Vitivinícolas) destaca, "el sector vitivinícola impregna muchos niveles de la vida europea, contribuyendo significativamente a la sociedad en términos socioeconómicos, medioambientales y sociales: donde los viñedos embellecen el paisaje, el sector del vino proporciona empleo a millones de personas, ayudando a sostener el tejido de las sociedades rurales y manteniendo un modo de vida que es fundamental para la propia noción de identidad europea". Como tal, la Unión Europea es el principal productor, consumidor, exportador e importador de vinos del mundo, representando: el 45% de las zonas vitícolas (sobre todo en España, Italia y Francia), el 63% de la producción (145 millones de hectolitros en 2023), el 57% del consumo global y el 70% de las exportaciones a escala mundial.

Durante su realización (2020-2024), NOVATERRA propuso crear un enfoque más holístico para el futuro de la actividad agrícola. El proyecto pretendía reducir la contaminación ambiental, proteger la biodiversidad y mejorar la viabilidad económica de los agricultores mediterráneos mediante el uso de la agricultura de precisión, la robótica, nuevas sustancias naturales y estrategias sostenibles de gestión del suelo.

NOVATERRA estudió "nuevas estrategias integradas para reducir el uso y el impacto de los pesticidas en favor de la sostenibilidad de los viñedos y olivares del Mediterráneo". El objetivo general del proyecto consistía en probar un enfoque más holístico para garantizar la seguridad alimentaria y el acceso a alimentos saludables para una población creciente, sin descuidar las directivas y prioridades de la UE en relación con el uso sostenible de pesticidas.

SOGRAPE fue la única empresa vinícola portuguesa en el consorcio del proyecto, y durante estos cuatro años de proyecto desarrolló estudios sobre:

I. nuevas estrategias en el uso de sustancias que promueven la resistencia natural de las vides en la defensa contra el mildiu y el oídio;

II. el uso de una innovadora formulación biodegradable para la difusión de feromonas de la polilla del racimo (Lobesia botrana) en una estrategia de protección denominada método de confusión sexual;

III. el uso de una plataforma de agricultura inteligente para la gestión y previsión de plagas y enfermedades de la vid;

IV. la implementación de nuevas tecnologías para la aplicación optimizada de productos fitosanitarios - Tecnología de Aplicación Variable (VRT);

V. la implementación de un robot para el control (mecánico) de malas hierbas en el viñedo. Esta tecnología innovadora fue desarrollada en Portugal por INESC-TEC, una institución con la que firmó un protocolo para el uso de Quinta do Seixo como lugar de pruebas para soluciones robotizadas para la viticultura.

Por medio de una serie de estudios de caso en viñedos y olivares mediterráneos, el proyecto pretendía lograr una mayor viabilidad económica para los agricultores mediterráneos mediante la creación de una red de partes interesadas, que participaron en el diagnóstico inicial, en reuniones y sesiones de trabajo con grupos de discusión, entre otras actividades de exploración.

Con el proyecto NOVATERRA, SOGRAPE promovió la formación de los agricultores implicados en dos de las principales producciones agrícolas de la región mediterránea (vino y aceite de oliva), contribuyendo así a la transferencia de conocimientos e innovaciones a los agricultores europeos. A lo largo de la ejecución del proyecto, SOGRAPE participó en varias conferencias y simposios y organizó dos talleres, uno en el Duero y otro en el Alentejo.

El proyecto recibió un total de 4.884.346,35 millones de euros en financiación, en el marco de una subvención para acciones de innovación del programa Horizonte 2020 lanzado por la Comisión Europea. El consorcio NOVATERRA, liderado por el Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentaria (IRTA, Cataluña, España), estaba formado por un total de 19 entidades, incluyendo expertos de 6 países (España, Portugal, Francia, Italia, Grecia y Bélgica) con formaciones distintas, lo que permitió crear, desarrollar, probar y explotar las soluciones.

El proyecto NOVATERRA recibió financiación del programa Horizonte 2020 de la Comisión Europea, bajo el contrato 101000554.

Proyectos

Un proyecto de Investigación y Desarrollo es un proceso organizado que utiliza la ciencia para probar hipótesis que expliquen un fenómeno o una observación. Los proyectos de I+D de Sogrape crean conocimiento y proporcionan tecnología, permitiéndole liderar los temas en los que identifica sus principales oportunidades de negocio.

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